En el vasto mundo del comercio internacional, donde las transacciones abarcan fronteras y continentes, la transparencia y la precisión son fundamentales. La inspección de mercancía emerge como una operación crucial para garantizar la veracidad y la integridad de las transacciones comerciales entre países. Es la operación que pueden llevar a cabo las sociedades de intermediación aduanera, antes de la presentación y aceptación de la declaración de importación, con el propósito de verificar diversos aspectos de la mercancía, como su cantidad, peso, naturaleza y estado.

Esta inspección previa es más que un simple trámite; es un pilar fundamental para alcanzar la transparencia y el buen funcionamiento en el ámbito del comercio internacional. En muchos países, esta práctica es no solo imprescindible, sino también altamente conveniente para garantizar que el pedido recibido se corresponda fielmente con lo acordado entre las partes.

DIAN explica en qué consiste la inspección previa de mercancías

La inspección previa es una herramienta práctica que permite comprobar o detectar antes de la nacionalización, posibles inconsistencias que pueda presentar la mercancía objeto de importación, o la certeza que la mercancía físicamente inspeccionada coincide con la factura comercial y demás documentos que soportan la operación comercial. Según el artículo 52 del Decreto 1165 de 2019, la comprobación de la mercancía incluye la revisión de la descripción, la cantidad, el peso, la naturaleza y el estado de la mercancía. Para ello, podrá extraerse muestras de la misma.

La importancia de esta inspección radica en la detección temprana de posibles inconsistencias que puedan presentarse en la mercancía antes de su nacionalización. Entre las irregularidades que pueden detectarse se encuentran mercancías en exceso o faltantes respecto a lo indicado en la documentación comercial, mercancías distintas a las acordadas o mercancías con discrepancias de peso.

Es vital comprender que la comprobación durante la inspección previa no se basa en la discreción de la autoridad aduanera, sino que sigue parámetros claramente definidos en la legislación pertinente. Por tanto, las agencias de aduanas que llevan a cabo esta labor deben adherirse estrictamente a las normativas establecidas en materia de importación, exportación y tránsito.

Esta práctica de inspección previa no solo beneficia a las autoridades aduaneras, sino también a los actores involucrados en el comercio internacional. Ayuda a reducir riesgos en la recepción de mercancía, contribuye a la reducción de riesgos en la cadena de suministro, proporciona información precisa sobre la calidad y condiciones de los productos, y ofrece evidencia fotográfica y reportes detallados que respaldan la veracidad de la inspección.

Al considerar la importancia de la inspección de mercancía, es crucial prestar atención a diversos aspectos, como la fecha de fabricación, las dimensiones y solicitudes del cliente, el conocimiento detallado de la carga, las unidades de medida utilizadas y las características técnicas de los productos.

La inspección previa de mercancías en el comercio internacional es una etapa crítica para garantizar la integridad y la precisión de las transacciones comerciales. Sin embargo, como cualquier proceso humano, está sujeto a errores. A continuación, se presentan algunos de los errores más comunes que pueden surgir durante la inspección previa:

Los errores más comunes:

Falta de capacitación del personal: Si el personal encargado de realizar la inspección no está adecuadamente capacitado, pueden pasar por alto detalles importantes o cometer errores en la evaluación de la mercancía. La falta de experiencia o conocimiento específico sobre ciertos tipos de productos puede llevar a interpretaciones incorrectas o a decisiones erróneas.

Inspección superficial: En algunos casos, los inspectores pueden realizar una inspección superficial, sin examinar adecuadamente todos los aspectos relevantes de la mercancía. Esto puede deberse a limitaciones de tiempo, falta de recursos o falta de atención a los detalles. Una inspección superficial aumenta el riesgo de pasar por alto posibles irregularidades o inconsistencias.

Falta de coordinación entre partes involucradas: La inspección previa puede involucrar a varias partes, incluyendo al exportador, importador, agentes aduanales y autoridades reguladoras. Si no hay una comunicación clara y una coordinación efectiva entre todas estas partes, pueden surgir errores en la planificación y ejecución de la inspección.

Uso de tecnología obsoleta: En la era digital, el uso de tecnología obsoleta o sistemas manuales puede dificultar la precisión y eficiencia de la inspección. La falta de herramientas modernas, como sistemas de escaneo avanzados o software de gestión de datos, puede aumentar la probabilidad de errores humanos y retrasar el proceso de inspección.

Interpretación subjetiva: A veces, la interpretación de los criterios de inspección puede ser subjetiva y variar entre diferentes inspectores o agencias. Esto puede llevar a inconsistencias en los resultados de la inspección y generar confusiones o disputas entre las partes involucradas.

Falta de seguimiento y retroalimentación: Después de la inspección, es crucial realizar un seguimiento adecuado de cualquier hallazgo o irregularidad detectada. La falta de seguimiento o retroalimentación puede resultar en la repetición de errores similares en futuras inspecciones y comprometer la efectividad del proceso en general.